Monday, March 22, 2010

MATERIAL DE REFLEXIÓN 2010.-


Como si fuese un capullo que ciega toda la luz, las catástrofes
naturales nos envuelven en el dolor, causando miedo, caos e
incertidumbre. Lágrimas y lamentos parecerían anunciar que el fin se
aproxima. Lo mismo sucede con la oruga cuando comienza su
metamorfosis: Siente que se acerca su hora, cree que morirá,
desconoce que dejará de arrastrarse para volar por la vida
desplegando sus hermosas alas. Confiá. La transformación se acelera.
Esta es la gran prueba

Desde la perspectiva de la razón, puede que parezca una burla del
destino que a lo largo de tu camino se te haya reclamado que rompas la
armadura y te abras a tu mundo interior cuando las señales indican
que comienza la etapa crítica en donde habría que escudarse para no
ser lastimado. No existen los errores. Nadie te engañó. Diste los
pasos correctos siguiendo tu sabia voz interior, ahora tenés que
seguir confiando en la luz de tu corazón. La fe es tu mejor aliada.

Estar centrado en el corazón te permitirá ver más allá del temor.
Sabrás que en lo que otros llaman desgracia habita la gracia que nos
hace más humanos. Allí donde tu mente vea caos, tu corazón verá el
esperado cambio que nos conmueve y eleva. Comprobarás que no existen
las fronteras, sino el amor en acción revelándose en campañas
solidarias, actos heroicos, gestos nobles y manos hermanas que se
entrelazan para engendrar un cálido entramado luminoso.

Todo está cambiando su nivel vibratorio. Ya nada será igual. Aunque
las noticias sostengan lo contrario, no temas. Permanecé en luz, en
armonía. No hay muertos que llorar, sólo espíritus que celebrar por
haber tenido el inmenso valor de animarse a vivir esta fantástica
experiencia humana de religar el cielo y la Tierra. Nada muere, todo
se transforma. Simplemente debemos abrirnos y no resistir los cambios
que están ayudando al florecimiento de la nueva humanidad.

Por más que te sientas fatigado persistí confiando, perdurá
amando. Abrí aún más tu corazón. Con la agitación externa
reconoceremos si la paz era interna o se debía a un entorno calmo.
Somos orugas viviendo la transmutación que nos hará renacer en la
luz de la consciencia. La gran prueba consiste en continuar con fe,
por el camino del amor, aceptando lo que suceda porque todo,
absolutamente todo, nos ayuda a sensibilizarnos, humanizarnos y
evolucionar.

J.A. Pagano